Borrasca

(Os pido perdón de antemano porque está todo muy mal estructurado y a veces cuesta seguir el hilo, per hoy no doy más de sí) 🙂

 

 

Ya sabía yo que tras subidón cafeteril luego vendría bajadón. No sé si bajón, pero desde luego la combinación de acostarse tarde, levantarse tarde, no hacer mucho y entre ellos una conversación de más de dos horas con mi hermano donde he constatado que el único lazo familiar y que es mi única esperanza en cuanto a familia se refiere habla suahili y yo cantonés para él.

 

En definitiva no ha sido el mejor día pero he aprendido que a pesar que a principios de semana me parecía medio descabellado irme de nuevo de “Reset” (tenía destino e incluso sitio donde quedarme) veo que tendría que haber ido igual. Dos semanas y estoy en mi pico de productividad, tres y me arrastro. Ea, pues ya lo sé para la siguiente.

 

Es como cuando empiezas a hacer deporte. Yo necesito bastante de calentamiento para estar a gusto (nadando 1500 metros, una media hora), pero claro cuando tu forma física es una porquería entre empezar a estar a gusto y morir pueden pasar dos largos. Pues eso. Mi límite ahora mismo son tres semanas. Lo cual no está mal.

 

El tema familiar es más difícil de diseccionar y ahora que he ido a dar una vuelta, me he escrito 20 posts mentales. He llamado a una amiga pero móvil apagado. Al final, para darme cuenta de que esté o no preparada, el momento ha llegado.

 

Decidir si rompo con todo y busco por mí, o me quedo anclada en algo que no es exactamente lo que quiero, por miedo, deber moral, pero desde luego no por convicción. Es una decisión jodida, porque elija lo que elija el precio es extremadamente alto. Pero lo cierto es que es la situación que hay, no la he elegido, es la que he recibido y tengo que lidiarla como buenamente pueda. Sin echar balones fuera y desde luego dejando de actuar por miedo.

 

En los últimos tiempos me voy dando cuenta de donde viene ese dolor tan intenso que sufro en los últimos tiempos, de dónde viene todo esto. Y es que de alguna forma siento que estoy viviendo un duelo. Un duelo de mí persona. Como si se hubiera muerto. Todo lo que representa, lo que le resulta importante. Esto no es necesariamente malo, pero está claro que cuando alguien se muere, más si eres tú misma, las cosas no vuelven a ser iguales y hasta que te acostumbras pasa un tiempo de adaptación. O eso, o puedes anclarte a un sentimiento de dolor que no pasa, anclarte en el pasado y dejar que el tiempo pase, haciéndote pequeñita y desapareciendo.

 

Ya he visto en el último año que la técnica de “salir por patas, buscarme maromo por eso de no soy yo es que es por él y desentenderme de las consecuencias de las decisiones” no es lo que yo quiero para mí. Esta es la técnica que ha usado mi madre para cortar de alguna forma con lo que no le gustaba. Y de cierta manera es la que he estado llevando a cabo también, si acaso de forma más internacional y moderna-cool. Pero eso es huir, no hacerte cargo de la situación y sobre todo no poner excusas: no me quiero hacer cargo, punto. Esta es la opción de mi madre y en cierta medida, pero con matices es la mía. En mi caso creo que es, necesito espacio para encontarme, no quiero tener yugos que me impidan desplegar lo que yo tengo la necesidad cada vez más acuciante de desplegar. No significa que diga, ahí os quedáis, os pudráis en el infierno, las decisiones tienen consecuencias, apechugar con ellas. No soy tan cruel, pero las cosas hay que hacerlas sin medias tintas. Y sé que una de las posibles consecuencias es que ese punto de regreso natural y desde una base sólida de personalidad no se dé y que por tanto lo que temo se haga realidad. Por eso, hasta cierto punto me estoy mentalizando de que eso se puede dar así, y además del duelo de lo que fui y ya no soy y además, es que ni siquiera puede ser (no os creáis que si pudiera…), estoy haciendo un pre-duelo por la que se me avecina.

 

La otra opción es la opción que ha seguido mi tía y que es básicamente echar por la borda su vida y sus ganas de hacer algo con ella, algo que podría haber hecho tranquilamente porque tiene la capacidad y la energía, pero que en lugar de eso, a la primera dificultad (negarle los estudios) decidió tirar por la vía “fácil”: casarse, seguir con el negocio familiar que es tremendamente esclavo (trabajar 6 días y pico a la semana, 3 días de vacaciones al año) y vivir en un pueblo de 300 habitantes, ahora eso sí, con trabajo asegurado, si no lo haces muy mal, y con una casa que te es dada en herencia. Un chollo a primera vista. Pero esto es como vender tu alma al diablo y lo barato acaba saliendo caro. Mi tía reventó hace un año y medio estando yo en Berlín.

 

Toda la mierda familiar por parte de madre salió a flote y lo jodido es que nadie se lo imaginaba siquiera. Rencillas de hermanas y lo que yo he podido sacar en claro tras unos meses es que todo esto viene de un sistema patriarcal que ha pesado como un yugo en las mujeres de mi familia. Claramente no están contentas con el rol que les ha tocado y no han sabido, querido o podido dar carpetazo y decir, pues a mamarla todos, haré esto porque es mi vida y al que no le guste que se aguante. Que es un poco lo que yo intento hacer pero me entra el canguelo máximo, el miedo al destierro emocional a ser una paria de la sociedad, etc, etc. Pero claro, veo lo que veo y digo, pues anda, que si la opción alternativa es esto, pues me tiro por el barranco e igual con un poco de suerte hay alguna red por allí.

 

Más fácil decirlo que hacerlo, claro, de ahí que hoy me haya declarado ya día internacional de lifes y que por hoy cierro el chiringuito. Me voy a buscar algo rico para comer, me paso una tarde-noche agradable y  mañana será otro día.

 

 

Para el que le interese, os dejo un artículo que lei ayer y que es básicamente lo que he sentido y estoy viendo en estos últimos meses y de lo que os explico aquí con menos claridad de la que quisiera. Quien sea mujer y tenga una relación a veces jodida con su rol como mujer o peor incluso, con la relación complicada madre-hija. Fíjaros que leyéndome en mis posts antiguos me he horrorizado al ver actitudes claramente machistas en mí, actitudes que por otro lado no veo ni en mi hermano ni en mi padre, pero sí en las mujeres de mi familia. Y esta revelación y el ver que la verdadera lucha de igualdad empieza en casa me ha golpeado bastante fuerte. Por supuesto luego están los borricos a los que les conviene que esto sea así, pero mientras el virus ande en casa, difícil.

 

Por otro lado, una entrada de una bloguera ultrafeminista sevillana que me causa mucha gracia  y que suele estar muy acertada en muchas aunque en ciertos detalles veo que ahí entra el prisma individual y que no me representa y que no por ello estoy dando juego a nada. Igualmente merece mucho, mucho la pena y en esta entrada: La heterosexualidad es un mojón he visto que estoy haciendo además otro duelo alternativo (ya van 3) sobre mis expectativas perdidas de relación horizontal. Esto lo vi claramente en mi última relación y me ha removido mucho por dentro porque es una persona totalmente empática, sensible y un porrón de cosas. Vamos lo que viene siendo una buen persona estándar, pero vi también claramente que él hacía uso de unos privilegios que yo debía acatar y que las mujeres por norma general suelen acatar. Y yo, como soy como soy, pues no acato ni que la opción opuesta sea que me arranquen la piel a tiras. En ocasiones me gustaría no darme tanta cuenta de este tipo de cosas, porque es una verdadera mierda. Y me refiero el notar que para la otra persona tú estás en un escalón inferior y que además no hay ningún interés de que estéis en el mismo escalón. Y lo peor, que esa persona ni siquiera lo vea. No es lo que quiero para mí y veo que en las dinámicas de pareja siempre hay uno que se sacrifica más por el otro, que cede más y que aunque no es exclusivo de la mujer, en muchos casos se da así. Y yo, o todos iguales, o rompo el juego. Así que estoy clarísimamente en la fase 3 que comentan en la entrada y sé bien que volver a las fases ilusorias de la fase 1 (experta que soy) es demasiado fácil. Pero caer ahí es como pensar que los Reyes Magos existen.

 

En definitiva, que lentorra o no, el momento de maduración y de crear algo diferente ha llegado para mí. Y que desde luego prefiero eso a vivir en un mundo de fantasía ilusoria en que las cosas jamás son como son y que mantenerlas así cuesta demasiado esfuerzo.